Túnez está viviendo desde el pasado sábado 8 de octubre unos nuevos episodios de violencia: manifestaciones en varias ciudades, intento de ataque a una cadena de televisión, quemas de coches, etc. Un debate virulento está dividiendo la sociedad a menos de 2 semanas de las primeras elecciones de la era “post-revolución” (que se celebrarán el próximo día 23). Todo ello por culpa de….. una película de animación.
Los hechos son los siguientes: el pasado viernes 7 octubre, a las 21h05, hora de máxima audiencia, la cadena de televisión privada Nessma, emite la película PERSEPOLIS, de la iraní Marjane Satrapi, seguida de un debate… La película, con un doblaje en tunecino (hecho excepcional), cuenta la historia de una niña de 8 años que vive en primera persona los eventos que sacudieron Irán en 1979 y la posterior instauración de la República Islámica… La película se estrenó en el 2007 y consiguió el Premio del jurado en el Festival de Cannes… El timing de la programación era perfecto considerando el proceso electoral que va a vivir el país y la subida de las corrientes islamistas e integristas… El objetivo consistía en suscitar el debate y alertar la opinión sobre la utilización política de la religión. Pero lo que se provocó fue un verdadero huracán…
El problema: en una escena de la película, la niña protagonista sueña con Dios y lo imagina como un viejo hombre (lo típico vamos), habla con él, y hasta se enfada con él… Nada más ofensivo para estos “nuevos musulmanes”… ¿Cómo se atreven a representar a Alá?... ¿Cómo se atreven a emitir esta película en un país musulmán?... Al día siguiente, las llamadas a la Yihad y a la venganza estaban lanzadas a través de las redes sociales, y el domingo centenares de barbudos avanzaban hacia la sede de la cadena para quemarla y vengarse de todo aquél que trabajara en ella. La intervención de las fuerzas de seguridad fue determinante y se consiguió mantenerlos alejados. Me gustaría a esta altura recordar que estoy hablando de hechos ocurridos en Túnez, país abierto, moderno, europeizado, etc., etc., etc.
La pregunta que no paro de hacerme desde hace meses es: ¿cómo hemos llegado hasta este punto?... Quiero decir, ¿cómo es posible que un TUNECINO se sienta ofendido por una peli de animación?... Esta película fue presentada en su día en Festival de Cine de Cartago, y fue proyectada en las salas oscuras de Túnez hace sólo unos meses, y se mantuvo en las pantallas durante nada menos que ¡¡¡8 semanas!!! (Todo un récord)… ¿Por qué entonces no ofendía a nadie?... ¿Qué ha cambiado?...
La “islamización” de la sociedad tunecina (para un occidental a lo mejor resulta raro leer esto, pero los barbudos nos consideran “apóstatas”) es un proyecto que se está llevando a cabo desde hace unos años, y que está conociendo una verdadera aceleración desde el 14 de enero… Pero más que “islamización” se trata de “wahabización” de la sociedad, de la imposición de un modelo de sociedad a lo oriental, retrógrada y sexista… El dinero de los saudíes y de los qatarís fluye en las cajas de los partidos islamistas, las armas están inundando las ciudades del interior por culpa del tráfico generado a raíz del conflicto en Libia, las universidades están siendo invadidas por ejércitos de mujeres con niqab… Todo ello responde a una verdadera estrategia. Pero NO PASARÁN (o eso espero)…
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