mercredi 13 avril 2011

PARIDAD...

Túnez celebrará sus primeras “verdaderas” elecciones libres y democráticas el próximo 24 de julio de 2011. El pueblo estará llamado a votar para elegir un Asamblea Constituyente, que tendrá como misión redactar una nueva Constitución que, esperemos, sea el pilar de una verdadera democracia. 

La primera decisión “fuerte” con respecto a esta cita electoral ha sido la garantía de la paridad entre hombres y mujeres en las listas electorales. Normalmente, me suelo posicionar en contra de todas las medidas de “discriminación positiva” hacia cualquier categoría de la sociedad, ya que considero que simplemente hay que aplicar las leyes existentes que garantizan la igualdad a todos los ciudadanos, sean hombres, mujeres, blancos, amarillos o morados… Sin embargo, en esta ocasión, confieso que el ritmo de mi corazón se disparó ayer cuando me enteré de la noticia y sentí una alegría mezclada con un miedo que no me abandona desde hace varias semanas.

Para entenderlo, tengo que explicarles el contexto en el que se ha tomado esta decisión. Desde la huida de Ben Ali el 14 de enero, y el nuevo aire de libertad que conoce el país, muchas cosas han cambiado y muchas lenguas se han soltado, entre ellas las de los Islamistas… Hay que recordar que los islamistas han sido perseguidos y reprimidos bajo en Túnez durante años y su partido ilegalizado tras una serie de atentados que cometieron a principios de los 90 (incluso con un fallido golpe de Estado), y que uno de sus líderes históricos, Rached Ghannouchi, pasó 20 años en Inglaterra (tierra de acogida de todos los extremistas religiosos). 

Unas semanas después de la Revolución, Ghannouchi volvió a Túnez y su partido Ennahdha (partido islamista) fue legalizado, y a partir de allí empezamos a ver fenómenos antes desconocidos: más barbas, más velos integrales, agresiones a las mujeres (no cubiertas) en la calle, ataques a los burdeles de Túnez capital y otras ciudades que llevaron incluso a su cierre (en Túnez, la prostitución es una actividad permitida y controlada por el Estado)… Un ambiente de inseguridad se ha instalado poquito a poco… Los que abogan por la laicidad son sistemáticamente acusados de ser “infieles”… Los que manifiestan a favor de la igualdad y la libertad tachados de “masónicos” y de agentes de Israel (la “francmasonería” es también asociada al “ateísmo”)… 

Los islamistas de Ennahdha se han inventado una imagen de “socios responsables y moderados”, refiriéndose sistemáticamente al ejemplo de Turquía (donde gobierna el partido “conservador musulmán”), pero ocultando que en este país, la separación de política y religión está garantizada por la Constitución desde hace más de 70 años. Y los medios de comunicación, tanto tunecinos como extranjeros, están siendo cómplices en esta “mega-operación” de lavado de imagen. Los logros de la mujer tunecina y su posición en la sociedad están empezando a ser cuestionados… Incluso se ha estado hablando de modificar el "Santo" Estatuto personal (promulgado en 1956), y no precisamente para mejorarlo…

En este contexto, la iniciativa tomada ayer por la Alta Instancia para la Realización de los Objetivos de la Revolución me parece muy positiva… Y aunque parece raro, los islamistas de Ennahdha votaron a favor de esta iniciativa, pero a mí no me extraña tanto… Se trata de una simple estrategia… Miren lo buenos y lo moderados que somos, pero una vez que estemos en el poder, será otra historia… Como dijo el primer ministro turco Erdogan (el ejemplo de los islamistas de Ennahdha): “Os conquistaremos con vuestros valores democráticos, y os dominaremos con nuestros valores islámicos”…




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